El mercado hipotecario ofrece a los compradores de vivienda muchas opciones, y una de las decisiones más importantes es elegir entre una hipoteca de tipo fijo o variable. Aunque ambas tienen sus ventajas y desventajas, la historia ha demostrado que las hipotecas variables han resultado más beneficiosas en términos de ahorro.
Si quieres saber por qué, acompáñame en este artículo en el que te explicaré por qué la hipoteca variable ha sido históricamente más barata y cómo un asesor financiero puede ayudarte a tomar la decisión correcta y aprovechar al máximo tus opciones de hipoteca. Para ello, nos apoyaremos en un artículo de interés publicado en el periódico ABC.
¿Qué es una hipoteca variable?
Una hipoteca variable es un tipo de préstamo hipotecario en el que el interés aplicado puede variar a lo largo del tiempo. A diferencia de una hipoteca de tipo fijo, donde el interés se mantiene constante durante toda la duración del préstamo, en una hipoteca variable el interés está vinculado a un índice de referencia, generalmente el Euríbor (Euro Interbank Offered Rate) en el caso de Europa.
El interés en una hipoteca variable suele estar compuesto por el índice de referencia más un margen adicional establecido por el banco o entidad financiera.
¿Hipoteca fija o hipoteca variable?
Las hipotecas variables han demostrado ser una opción más rentable para los prestatarios a lo largo de las décadas. Tomemos como ejemplo un préstamo medio firmado en los primeros años de los 2000. Según datos recopilados por HelpMyCash, publicados en ABC, una hipoteca variable podría haber generado un ahorro de hasta 40.000 euros en comparación con una hipoteca fija. Esto se debe a que el tipo de interés variable está vinculado al euríbor, el cual ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos años.
La influencia del euríbor y la falta de incentivos al tipo fijo
Siguiendo con el ejemplo anterior, en el ámbito de las hipotecas, el euríbor ha tenido una influencia significativa en la preferencia de los prestatarios por las hipotecas variables en años anteriores. Durante un periodo determinado, el euríbor puede fluctuar y afectar el coste total de una hipoteca.
En años anteriores, experimentó cambios significativos, moviéndose entre el 5% y el 2% desde 1999 hasta 2008, con una media del 3,5% en ese periodo. A pesar de estas cifras relativamente altas, los consumidores mostraron preferencia por las hipotecas variables, anticipando posibles disminuciones en el tipo de interés en el futuro.
La razón detrás de esta preferencia radica en la expectativa de que el euríbor pudiera disminuir en el tiempo, lo que resultaría en pagos mensuales de hipoteca más bajos. Los prestatarios asumieron el riesgo de tener pagos variables, ya que esperaban beneficiarse de posibles reducciones en las tasas de interés.
El ahorro potencial de la hipoteca variable
Para ilustrar el ahorro potencial, vamos a considerar el caso de una hipoteca media de 120.000 euros firmada en febrero de 2004 a un plazo de 20 años.
- Bajo un tipo fijo, los pagos mensuales serían de aproximadamente 764 euros.
- En total, al finalizar el plazo, se habrían pagado alrededor de 83.520 euros en concepto de capital e intereses.
- En cambio, si se optara por una hipoteca variable con un tipo inicial del 2%, suponiendo una revisión anual del tipo de interés y considerando que el euríbor se mantiene estable en ese nivel durante toda la vida del préstamo, los pagos mensuales iniciales serían de alrededor de 650 euros.
- Al final del plazo, el total pagado en capital e intereses sería de aproximadamente 75.000 euros.
En este ejemplo, se observa un ahorro potencial de alrededor de 8.520 euros al optar por una hipoteca variable en lugar de una fija. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los tipos de interés pueden fluctuar a lo largo del tiempo y que el ahorro potencial dependerá de cómo se mueva el euríbor en el futuro.
El papel del asesor financiero en la elección de una hipoteca
Ante la complejidad del mercado hipotecario, contar con el asesoramiento de un experto en finanzas puede marcar la diferencia al elegir entre una hipoteca fija o variable. Un asesor financiero puede analizar tu situación y ayudarte a comprender los riesgos y beneficios asociados con cada tipo de hipoteca.
Su conocimiento profundo del mercado y su experiencia en el sector le permite evaluar las condiciones actuales, anticipar cambios y proporcionarte recomendaciones personalizadas.
Además de ayudarte a tomar una decisión informada, un asesor financiero también puede apoyarte a la hora de negociar las mejores condiciones hipotecarias, incluyendo tasas de interés competitivas y términos favorables. Su enfoque principal es tu beneficio financiero a largo plazo, y trabajará contigo para encontrar la solución más adecuada para tus necesidades y objetivos.