Qué significa la tolerancia al riesgo financiero

La tolerancia al riesgo financiero en las inversiones es un concepto clave que define la disposición de un individuo a asumir riesgos financieros y sentirse cómodo al hacerlo. Este factor, intrínsecamente personal, está influenciado por diversos elementos que van desde la educación financiera hasta la situación económica y la edad del inversor.

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¿Qué es la tolerancia al riesgo?

La tolerancia al riesgo se relaciona con la capacidad de aceptar la posibilidad de que una elección económica no obtenga el resultado esperado. Sentirse cómodo asumiendo riesgos depende de factores como la formación financiera, la situación económica inicial, los objetivos financieros, el horizonte temporal y la actitud hacia las pérdidas. Vemos en qué consiste cada uno de ellos.

¿Qué factores determinan la tolerancia al riesgo?

La educación financiera desempeña un papel clave en la asunción de riesgos, ya que la familiaridad con las cuestiones de inversión contribuye a aceptar los riesgos asociados. La tolerancia al riesgo también evoluciona a lo largo de la vida, disminuyendo generalmente con la edad debido a cambios biológicos y restricciones de tiempo para recuperarse de pérdidas.

El estado civil también influye; las personas solteras suelen ser más propensas al riesgo. Este fenómeno podría estar relacionado con la percepción evolutiva de riesgo, donde las mujeres, históricamente, han sido garantes de la estabilidad familiar.

Los objetivos financieros es otro de los factores que determina nuestra tolerancia al riesgo financiero. Se refiere a las metas o logros financieros que una persona o entidad busca alcanzar en un período de tiempo específico. Estos objetivos pueden variar ampliamente e incluir aspectos como la acumulación de riqueza, la compra de una casa, la jubilación, la educación de los hijos, entre otros.

Por tanto, la tolerancia al riesgo, aunque relativamente estable, puede cambiar por experiencias negativas. Crisis financieras, como la de 2008, pueden generar aversión al riesgo duradera, y la pandemia del COVID-19 también puede dejar su huella en las actitudes futuras hacia la asunción de estos.

¿Cómo medir la tolerancia al riesgo financiero?

No es una tarea fácil, ya que factores como los objetivos de retorno, el plazo temporal y la actitud ante el riesgo varían. Los test de conveniencia y de idoneidad son herramientas fundamentales para evaluar la tolerancia al riesgo, y es esencial en la construcción de carteras por parte de asesores financieros. Aquellos que pueden tolerar más riesgos pueden optar por carteras más agresivas, potencialmente obteniendo mayores rendimientos a largo plazo. Ten en cuenta que las inversiones consideradas sin riesgo pueden ofrecer rentabilidades más bajas, especialmente en entornos de bajos intereses. Si lo deseas, puedes evaluar tu tolerancia al riesgo financiero con un asesor.

Veamos un ejemplo

Imaginemos el caso de Ana, una mujer de 35 años con una sólida formación financiera, soltera y sin cargas familiares. Ana tiene una actitud positiva hacia el riesgo y un horizonte temporal a largo plazo, ya que no tiene planes inmediatos de utilizar los fondos invertidos. Su objetivo es construir un fondo para su jubilación y generar ingresos adicionales en el futuro.

Dada la tolerancia al riesgo de Ana, un Producto Individual de Ahorro Sistemático (PIAS) podría ser una opción adecuada. Un PIAS es un producto de inversión a largo plazo que ofrece ventajas fiscales, ya que los rendimientos generados no están sujetos a impuestos hasta el momento del rescate.

Ana, al tener una alta tolerancia al riesgo, podría optar por asignar una parte significativa de su inversión en el PIAS a activos más volátiles pero con potencial de mayores rendimientos, como fondos de acciones globales o sectores emergentes. Aunque estos activos pueden experimentar fluctuaciones a corto plazo, Ana está dispuesta a aceptar esa volatilidad en busca de rendimientos superiores a largo plazo.

En este caso, la elección de un PIAS se alinea con su horizonte temporal a largo plazo y su disposición a asumir riesgos para maximizar el crecimiento de su inversión. Además, la ventaja fiscal del PIAS le permitirá posponer el pago de impuestos sobre las ganancias, lo que puede ser beneficioso en el largo plazo.

Por último, queremos destacar que este ejemplo se adapta a la tolerancia al riesgo específica de Ana y sus metas financieras. Cada persona tiene circunstancias únicas, y la asignación de activos en una inversión a largo plazo debe ajustarse según la tolerancia al riesgo, los objetivos financieros y la situación personal de cada individuo.

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